viernes, 4 de diciembre de 2009

SABADOS LITERARIOS DE MERCEDES




EL AMIGO DE "ZAMPABOLLOS"

Cuento casi de Navidad


Acabo de redactar esta insólita crónica en presencia de un guarda forestal que me mira entre confuso, divertido y extrañado. Y, después de haber utilizado el capó de mi coche como improvisado escritorio al aire libre, cierro el ordenador portátil, que aún se posa sobre él, y me dispongo a marcharme.



Hoy es un hermoso día de Navidad. Me he levantado muy temprano y el sol luce radiante. Ya de camino hacia el Parque Natural, compruebo como la gente pasea en mangas de camisa. El milagro del clima mediterráneo. Una vez allí, mi coche queda aparcado en el límite de la entrada al parque y tomo a pie un sendero forestal encaminándome hacia el interior. A mitad del camino abandono la ruta y me adentro en lo más profundo: quiero tomar notas sobre las sensaciones que puedo sentir al observar el aspecto de la espesura del bosque en el que, por cierto, de las ramas no cuelgan carámbanos ni mucho menos copos de nieve. Las notas servirán para emplearlas en la redacción de mi próximo libro. Sentado bajo una encina, describo parte del bucólico paisaje que me rodea y, abstraído en la escritura, sólo escucho el armonioso concierto de sonidos naturales que me ofrece el campo. De repente noto una presencia, alzo la vista de la pantalla del ordenador y veo ante mí un pantalón de pana y unas botas camperas. Levanto la cabeza y compruebo que pertenecen a un hombre de mediana edad, alto y corpulento, que viste una camisa de cuadros grises. –¿No se ha dado usted cuenta de que podía haber destruido la morada de uno de mis amigos? –Me espeta de sopetón. Aunque, eso sí, lo hace en tono educado y amable. Seguro que es uno de esos fanáticos entomólogos naturalistas. Inquieto, me toco el trasero y exclamo:–¡Leches! ¿Espero que no sea un nido de arañas?
–Las arañas no viven ahí pero podía haber sido una seta. Habla despacio, de forma impersonal, sin poner énfasis ni emoción en sus palabras y, aunque su larga barba blanca y sus canas le dan un aspecto bonachón, me inquieta su actitud.–¿Y que insectos habitan en las setas? –Le pregunto.–Los duendecillos de la Navidad no somos insectos, señor.–Responde algo enfadado. Es evidente que me encuentro ante un perturbado y que estoy a solas con él. Lo más prudente es dejar el lugar y volver al coche. Hago el ademán de levantarme pero el hombre me lo impide sujetándome por los hombros con sus manos fuertes y gruesas.–¿Qué es esta caja, señor?–Se fija con interés en el ordenador.–Es un ordenador portátil. Le hablo desganado, preocupado y distante, pero él lo ignora y se pone en cuclillas, inclinándose hacia mí para mirar, fascinado, la pantalla luminosa.
–Es decir, que esa caja puede dar ordenes, ¿no es así?
Me doy cuenta que explicar a un ignorante las variadas funciones que puede desarrollar un ordenador sería perder el tiempo, así que trato de simplificar.
–Es una maquina de escribir, ¿comprende,usted? Al mostrarle lo que tengo escrito, el extraño personaje mete, insolentemente, su cabeza entre la mía y la pantalla. Comienza a leer, en voz alta, lo que acabo de escribir: El sol, al penetrar entre los claros del tupido bosque, produce unos tenues y espesos rayos de luz blanquecina que, al iluminar parte del follaje, crea un sugestivo efecto de contraste con las sombras que proyectan las espesas copas de los árboles. El olor que emana de la tierra es un penetrante bálsamo: una mezcla de musgo, tomillo, jara, romero y de otros aromas que me son desconocidos al olfato. La gama de colores –verdes, pardos y ocres– que se presentan armónicos ante mis ojos, parece estar acorde con el sonido del viento que, silbando entre las ramas, es capaz de componer una perfecta melodía natural.
–¿Y, para qué sirve esto? –Pregunta decepcionado.
–Para que otros lo lean. Ese es mi trabajo; soy escritor.
–Los humanos sois contradictorios. Lo normal sería que viniesen aquí para ver, sentir, oler y experimentar unas emociones que son imposibles de ser trasmitidas de cualquier otra forma. Pero la mayoría de los intrusos que invaden nuestro bosque, sólo se dedican a tomar replicas del paisaje con sus inútiles y pequeños artefactos.
Me doy cuenta de que no es un mentecato: Es un entrometido que se está quedando conmigo, así que trato de dar la conversación por terminada.
–Mire usted señor, tengo que continuar mi trabajo y seguir tomando notas. Necesito privacidad y quiero estar solo. Espero que lo entienda.
–El bosque es de todos y, en cualquier caso, mucho más mío que tuyo. Pero no te preocupes, te dejare tranquilo. Se retira unos cuantos metros, se sienta sobre un montículo y, entrelazando sus gruesos dedos, se rodea las piernas con los brazos por debajo de las rodillas y mira a su alrededor haciendo como que me ignora. Dura poco su quietud, ya que, en silencio y afanosamente, se pone a buscar bayas silvestres entre las zarzas del bosque comiéndoselas con deleite. Es imposible concentrarse teniendo a tan extraño personaje enfrente, así que comienzo a recoger mis cosas: Cierro el ordenador, me ajusto la mochila al hombro y me levanto lentamente, fingiendo cierta despreocupación para no dar sensación de temor. Él también se levanta y me lanza un puñado de moras.–¡Cómelas! Están muy buenas. Para no desairarle, alzo el brazo, atrapo unas cuantas con la mano y las pruebo: Están apetitosas. Su delicado sabor agridulce hace que, distraidamente, coma algunas más y meta el resto en el bolsillo de la mochila. Cuando estoy de pie y dispuesto a marcharme, compruebo que el hombre se ha transformado de forma espectacular: Se ha vuelto bastante más bajo. Ahora tiene la altura de un niño y luce el típico atuendo de los duendes de la Navidad: Blusón y calzas de bayeta verde, mocasines y el imprescindible gorro puntiagudo de color rojo con el borlón blanco.–“Han sido las moras. Son alucinógenas”.–Lo digo sin mover los labios, deduciendo que esa es la causa de mi increíble visión. Respiro hondo e intento no perder la calma: El coche no queda tan lejos y, por lo demás, no me siento mareado ni desorientado, lo único que me pasa es que veo como el hombre se hace cada vez más pequeño, hasta el extremo de que su actual tamaño es ya el de un muñeco de unos quince centímetros, lo cual me obliga a tener que acercarme para verle mejor. La energía de su voz suena acorde a su pequeña caja toráxica. Se da cuenta y me grita: ¡Los humanos, además de contradictorios, sois incrédulos! Nunca habías visto un duendecillo de la Navidad y estás sorprendido ¿Verdad?
–¡Esas malditas bayas que me has hecho comer son las que me han drogado! Sin intención de intimidarle le apunto con el índice y sigo hablándole.–No me voy a dejar sugestionar ¿Te enteras? No podrás hacerme creer que eres un duende de la Navidad. Sé que eres real y que tu aspecto y tu tamaño son normales.
“Una fotografía es objetiva y en ella aparecerá tal como es ”Tras esta lógica deducción, saco mi cámara digital y tomo algunas fotos. A él le divierte tanto que, mezclando su desafiante actitud con unas ladinas carcajadas, comienza a posar adoptando diversas posturas: Grotescas, cómicas y arrogantes. –¡Humano! Nadie te ha dado permiso para hacer eso pero no me importa. Es más, me gustan esos destellos ¿Sabes? Esa copia inmóvil de mí persona la han hecho también otros estúpidos con los que me he topado antes. Lo de “copia inmóvil” me hace recapacitar en que debo tomar un vídeo con el teléfono móvil: Será una prueba irrefutable. Así que, apresuradamente, capto algunos planos de sus traviesos movimientos. Abandono el lugar sin volver la cara, lo más rápido que me permiten mis temblorosas piernas. Y, a pesar de la distancia que nos separa, aún puedo oír su voz apagada por la distancia que, en tono burlón, parece hacer una especie de conjuro.
–¡Invoco a los elementales del bosque para que hagan que esta noche visite tu casa mi amigo Zampabollos!
Confuso, aturdido y sin entender nada, comienzo a correr buscando el camino rural. Cuando encuentro la ruta, suspiro algo más tranquilo ya que, aunque continúo estando en el bosque, éste me parece ahora más cálido y hospitalario gracias a que me cruzo con un grupo de escolares escoltados por su monitor. Al llegar al sitio en donde tengo aparcado el coche compruebo que un guarda forestal parece estar esperándome junto a él.
–Aquí no puede usted estacionar, se ha dejado atrás la zona de aparcamientos del parque. Comprendo que sería imposible pretender que este hombre crea lo que estoy deseando contarle y, mucho menos, que entienda lo que me pasa. Así que me contengo y le pido excusas mostrándome educado. Sacando el puñado de moras de la mochila, le pregunto.–¿Sabe usted si son comestibles?–Claro que sí,– me dice mientras toma una y se la mete en la boca– están muy ricas pero esta especie es muy difícil de encontrar, ¿puedo coger otra?Le entrego todo el puñado y espero a que se las coma y le hagan efecto.
–¿Cómo me ve?- pregunto.
–Bastante nervioso, creo que debería usted calmarse antes de coger el coche. El guarda responde sin dar síntomas de alteración. Yo me animo a poner mi cámara digital en sus manos y le pido que mire en la pantalla del visor. –Son las fotos que acabo de tomar a un insolente que merodea por el bosque ¿Conoce usted a este hombre?
–Mire, amigo, con usted son ya varios los que nos muestran esas fotos, –sonríe devolviéndome la cámara– lo cierto es que, aunque nosotros aún no hemos podido encontrarlas, a alguien le ha dado por dejar figurillas de Papá Noé en las zonas más apartadas del bosque, puede que sean los estudiantes, en fin...creo que es una broma inocente. Sin decir nada, activo el vídeo del móvil y le muestro las imágenes en movimiento. –¡Hay que ver como avanza la tecnología! –comenta, indiferente, el guarda– con ese móvil puede usted incluso animar las imágenes del muñequito. Frustrado ante su incredulidad, miro la pantalla para ver al duende de la Navidad saltando y haciendo burlas. Me resigno y, forzando una sonrisa, muevo la cabeza afirmativamente a la vez que algo me viene de pronto a la memoria y, consciente de que me toma por un chiflado, no me importa volver a preguntarle. –¿Sabe usted que es el Zampabollos?– Sí, el nombre de un restaurante que no está muy lejos de aquí. –Y, ¿qué significa?– Bueno, según cuentan algunos de los monitores que muestran el parque a los chicos, es el nombre de un duendecillo casero que habitaba en los fogones y se comia los bollos de dulce durante la víspera de Navidad. Cuentan que vivía en las casas de campo de estos alrededores y, que en Nochebuena, asustaba a los lugareños haciendo travesuras, sobre todo trepando por las ollas y los pucheros... es una leyenda del folclore autóctono de esta zona.”



Me despido del guarda forestal, pongo el coche en marcha y, preocupado por lo que me pueda ocurrir esta noche, me prometo a mí mismo que haré todo lo posible para que los incrédulos lleguen a conocer la existencia de los duendecillos de la Navidad.

“La Bigota"

”Benalmádena, diciembre de 2009

30 comentarios:

  1. Genial! no pude parar de leerlo hasta el final, me encantó. Te felicito

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  2. A mi me gusta creer que existen duendecillos de Navidad que nos hacen pensar, soñar, compartir, ser generosos, perdonar y abrir nuestros corazones,y si para eso tienen que utilizar moras alucinogenas, pues me las pienso comer sin pensarlo.

    Muy bonito tu cuento de Navidad.
    Me ha hecho mucha gracia lo de "zampabollos" porque así llamo yo a mis sobrinos-nietos que tragan como Carpanta.

    Un besito

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  3. ¡Qué bueno! Me encanta este cuento del zampabollos.
    Yo también uso esa palabra para referirme a los comilones.
    Mientras la fantasía siga existiendo un niño será feliz y por supuesto lo sera de adultos. Volavamos a los cuentos, a los duendes...y todo nos ira mejor.
    Besos, y nada de principiante. Se nota tu experiencia literaria.

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  4. Bigota, creo en el "zampabollos" y en los gnomos, duendes y hadas, o estoy perdida. Algo lei parecido días atrás en este blog, pero no eran duendes navideños, ahora los recuerdan, estaban entonces, están ahora en este delicioso relato. Menos teclear cual fieras y más oler setas, detrás de una se esconde "zampabollos", después salen escritos dulces y divertidos como el tuyo. Bsito a lo "manairó", duende de los bosques andorrano.

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  5. se que alguien pensara que este relat0 es larg0
    se l0 que y0 he pensad0
    se me ha hech0 c0rtisim000000
    me ha encantad00¡¡¡
    mientras leia, se me venian a la cabez0ta aquell0 de p0r que s0m0s tan pertinaces c0n es0 de querer pasar t0d0 p0r el tamiz de la raz0n?',,,p0r que n0 p0dem0s simplemente decir: si n0 l0 c0mprend0, ell0 s0l0 significa es0, que n0 l0 entiend0, per0 que esta ahi?
    n0 hace much0 tiemp0, en el cementeri0 de mi puebl0 hice f0t0s. salier0n en d0s c0sas que n0 habia cuand0 y0 hice las f0t0s...nunca me pregunte si aquell0 era un ilagr0 0 n0 0 y0 que se...estaba en las f0t0s y amen
    salud0s...

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  6. Cómo me gustaría encontrarme yo también en mi sesión de fotografías con un zampabollos!!!
    Muy lindo tu relato.
    un abrazo desde mi brevedad.

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  7. Muy buena narración, un ritmo ágil que atrapa e imaginación y mucha fantasía; tiene duende, este relato tiene duende. Lo he visto, me has convencido.

    Bikiños

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  8. Una nota para Natalia Senmartí.
    Publiqué el cuento el mismo día que creaba el blog y que enfrentaba con la técnología.(lo mío es la magia) El rpimer visitante fuiste tú y, con delicadeza calificabas el cuento de "casi de navidad" Lo repasé, y llevabas razón. Gracias a ti ha mejorado con dos o tres toques que habrás notado.
    ¡Sabía yo que aquí acabaría aprendiendo! Ahora, eso si; a "bruja" no me gana nadie, podeis estar todos seguros/as.
    Aquí en la provincia de Málaga también tenemos nuestro "follet" y le llamamos "el trepaollas".Pero lo que más abundan son "los fantamas" y sobre todo los fantasmones. Un besito de bruja agradecida.

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  9. Genial e impecable relato, te columpia, te roba la atención hasta un final, que podría no serlo.

    Y eso que sólo se trata de algo tan habitual como un duendecillo que habita las setas, de esos que todos vemos en algún momento de la Navidad.

    Bienvenidos abrazos

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  10. ¿Qué agregar a lo que ya se ha dicho? Te felicito, Bigota. Es un relato excelente.

    Y contestando a tu pregunta en mi blog, te contesto que al escribir no pretendo darle las pascuas a nadie, como tampoco que le guste a todo el mundo lo que hago o mi manera de ver las cosas.

    También has dicho que canalice mi ironía. Te disculpo porque no me conoces en absoluto. Si algo no soy, es irónica. Teresa Cameselle que si me conoce, puede corroborarlo.

    Gracias por leerme, Bigota
    Un saludo :)

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  11. Pido disculpas a todo persona que se pueda sentir molesta con algún comentario mío.
    Todos sois gente educada y con cierto nivel de cultura. Yo soy una bruja muy primaria y a veces insolente. Si no fuese así, no sería bruja. He estado "volando" con mi escoba por algunos otras "agrupaciones" o cadenas de blogs literarios y he comprobado que todos los comentarios son laudatorios de unos a otros; algo así como " Tú me rascas la espalda y yo te rasco la tuya" Hasta el moemento no he leído críticas, ni nada que sirva para mejorar lo que cada uno escribe. Muchos besitos, muchos jjjja. Y una cierta sumisión a un prof; a una especie de "guro" que sobrevuela sobre todo lo que se escribe. Voy a tener que enviaros una escoba a cada una para voleis por vuestra cuenta; como yo, que escribo como me da la gana. Y ahora, con todo respeto,¿ Cómo puedo creer que los elogios que haceis a mi relato es sincero, o es fruto del "pasteleo" que se traeis entre todos? Si me lo creo, malo. Y si no me lo creo. ¿Para perder el tiempo en colgar mis cosas?

    Ser bruja es complicado. Pero tiene la ventaja de que tienes autonomía y nadie te tiene que llevar de la mano... y mucho menos para escribir; que por cierto, esta "chupao" para mi. Algunos de los cuentos de este Sabado Literario son buenos, otros lo son menos, algunos una bobada y dos no son cuentos de Navidad por mi bien escritos que esten.
    Adiós me voy a dormir que las brujas duermen, se acuestan tarde(Hay que hacer pocimas y conjuros y la luna es propicia) pero dormir hay que dormir. Felicidades a la señora Mercedes por haber organizado esto tan bien. Por su forma de escribir pensé que era una chica de mi edad.

    La bruja Bigota

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  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  13. - Yo vì a Napoleòn, en mis ensueños, dirigiendo movimientos de sus tropas montado, en su caballo blanco. Me pareciò aun màs pequeño y tambièn mas poderoso.
    - Yo vì a Jesùs de Nazaret, de adolescente. Iba por un camino muy cerca de mi casa y cogìa con primor una castañas.
    - Yo he visto entre las nubes, un rayo de luz con una rara intensidad. ¡Serà Nuestro Señor, que nos obeserva! Entonces me arrodillè en el suelo y le he rezado de este modo, un buen ratito.

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  14. Ayyy brujita Bigota, por lo menos admites que te hice reflexionar sobre el cuento anterior, era el mismo ¿o no? Desde luego estás en tu navideño o lo que sea, derecho a adaptarlo, ES TUYO DE PIES A CABEZA. Tanto peloteo no hay en los blogs, que si estás atenta a la jugada se cuelan críticas, las cuales se agradecen de corazón. Los elógios hay que tomarlos como sinceros y de buena fe, digo yo, y contra gustos...
    No hay "guru" que valga, ni profe ni erudito, hay ganas de leer de buen rollo. Lo del nivel cultural depende, eso de la cultura es muuuy relativo y no atañe a títulos, es otro asunto. Paso de escobas, tengo la mía y a mis propios faunos.
    Del "pasteleo" no hablemos, acabas de llegar a los blogs de relatos y me parece que te alentamos con buenas intenciones a escribir y a comunicarte, especie de bienvenida, además escribes bien ¿más jabón?, pues rectifico, necesitas mejorar o progresas adecuadamente.

    Te felicito:"escribo lo que me da la gana", dices, y ¿qué crees que hacemos los demás? !pos igual! Añades: "que está chupado" loor a tí, !qué suerte, qué seguridad!
    Como ves eso de rascar espaldas tampoco es la norma bloguera. Leí tu comentario a mi relato, lo acepto aunque discrepo en algunas cosas. No pares, sigue, espero tus críticas para mejorar, lo digo de corazón, a veces no vemos la viga en el própio ojo.
    Gracias por la lección y bienvenida sin cinismos ni segundas, conste.

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  15. Creo que a todos nos cuesta lo suyo y, al fin y al cabo, somos pocos los que nos creemos con conocimientos suficientes como para decir a otros lo que está bien o está mal. Tienes razón al hablar de la importacia de una crítica ilustrativa, pero eso no siempre es posible; la fuerza está dentro: "escribo como me da la gana" lo resume con claridad.

    Por eso creo que nuestros comentarios no son de críticos, ni profesores con ánimos de orientarnos; son de amigos que se dan ánimos entre sí, para no sentirse tan solos. Aliento, que con respirar no basta. Pero adelante, utiliza la escoba, que a todos nos hace mucha falta. :))

    Bikiños

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  16. La misión de una bruja es provocar y lograr que sus conjuros y hechizos surtan efecto.
    Estoy completamente segura que lo he logrado... y eso que estoy empezando.
    Gracias por las indicaciones, tanto a Natàlia como a XoseAntón. A Natàlia por su saber estar y XoseAntón por su encomiable humildad. Buena gente que no merecen tener que tratar con una bruja molesta.
    Gracias amigos.

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  17. No me he olvidado de Ardilla Roja. También su respuesta ha tenido mesura y ha mostrado buena educación. Eres muy sensible. Es un gusto tratar con gente así. !Te voy a regalar una escoba! Tienes que estar atenta a mi blog. Un abrazo sin malas artes, de corazón.
    La Bruja Bigota

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  18. Mi querida bruja. Son las 22,30 del domingo y compruebo que ya has conseguido revolucionar el gallinero(lo digo en el buen sentido del término, me refiero al gallinero, claro..jaja)
    Has llamado la atención con tus comentarios que o bien puede ser porque es una forma de entrar arrasando en lo que parece es un grupo semicerrado ( a mi al principio también me lo parecieron) y de esa manera te haces notar como haría una brujilla histriónica o bien eres de la clase esa de bruja tocapelotas que anda hurgando en las "miserias" de la gente para ponerlas al aire (en este caso miserias literarias).
    Estoy de acuerdo contigo en que los laudes a veces son innecesarios, pero sabes una cosa bruja, que animan, y por aqui hay mucha gente empezando en esto que les viene bien. Que las criticas son buenas, por supuesto, yo puedo dar ejemplo de ello y quien lo sabe te lo podra decir, pero quizas un tonillo más desenfadado y menos agrio para llevarlas a cabo serían mucho mejor, por lo menos que sean agridulce como el pollo chino, que se deja comer.
    En el fondo me gusta tu desparpajo que es señal de inteligencia (las brujas suelen serlo auqnue hay de todo como en botica) y estoy segura de que seremos muy amigas. Me van los retos y tu lo eres.
    Por cierto de donde sale La bigota(el nombre?)
    Un besazo

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  19. Muchas gracias por tu comentario Maria Jose Moreno. Tenemos el mismo apellido. Muy acertada al definir mis intenciones: histrionica, como ha de ser una auténtica bruja, y también "provocadora" (despues de las doce de la noche no puedo decir picardias)Escribes muy bien y sabes alagar y a la vez dar el golpecito al higado. Inteligente. Mi nombre requiere todo un artículo que pondré en mi blog con una dedicatoria para ti. En el blog paseos por el alambre ponias una foto de persona real, con gafas, pero ahora sólo se ve un dibujito. Las señora Mercedes es mas valiente. Yo he puesto la mía muy grande. Buenas noches. No te puedo enviar un beso porque si lo hago despues de cierta hora incumplo una norma Wicca.
    Hasta siempre amiga.

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  20. ¿Dónde dices que has puesto la tuya? No la encuentro por ningún lado y estoy deseando de verte y conocerte en persona.
    Yo, antes de que tu entraras con tus aires mágicos por estos foros tenia foto real, pero una amiga me hizo ese regalo y en su honor lo llevo desde hace un tiempo.
    Estaré atenta a tu blog, que he colocado en un lugar privilegiado de mi estantería, para saber que poción se cuece por tu cacerola. Gracias por tu pronta respuesta.
    Un beso de humana mortal pero que disfruta con cuentos de hadas.

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  21. Lo mágico es eso, que nos ocurran cosillas extrañas y cuando las contamos, los demás no nos crean, así comprendemos que la magia no está al alcance de todo el mundo. Los escritores, a veces, escondemos mucho de esto en nuestros escritos sin temor a que nos tachen de ilusos, porque las historias no tienen porqué ser verdad, hasta que un día, alguien descubre lo mismo y recuerda que ya se lo habíamos contado antes.
    Un cuento muy bien escrito y con mensaje, como los buenos cuentos.
    Por cierto, espero que te portes bien con mis amigos y amigas, y que les hagas buenos regalos (de esos que tú y yo sabemos...;)
    Gracias por participar.
    Un abrazo de escoba traviesa.

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  22. Histriónica y mágica Bigota, espero con ansiedad tus sortilegios, pero yo preparo los míos a base de hechicería etrusca, etiqueta de calidad y de solvencia secular, prepárate. Cada cual con su Wicca o ritual. También pongo mi foto en mi blog pero la tuya no la filustro ¿mágia potagia?
    Bienvenida a este club de buenas gentes donde todos aprendemos y nos comunicamos de buen rollito. No te cortes y suelta tus conjuros o tus buenas artes en forma de críticas o de relatos, tiene fuste bueno el palo de esa escoba, buenas letras las tuyas, serán bien recibidas.
    Por si lo ignoras, lógico, mis relatos, casi todos, forman parte de una novela historica que voy escribiendo a base de los temas de los Sábados o los Jueves, uf trabajo me cuesta adaptarme a ellos, a veces sale cada uno que no sé como meterlo en Roma, y luego me toca formar la narración, pero es muy divertido y estimulante, un reto, como un puzzle. Te presento al prota; Quinto, un !salve! de su parte (si quieres, claro, puedes hallar pedacitos de Quinto en mi blog)¿Entiendes ahora por qué mi navideño relato no lo es del todo?
    Buenos augurios !ave! compa, añade el chico Quinto.
    Una pequeña crítica constuctiva: Verás soy profe de arte, ya ves, MAGISTER, PERO SIN HUMOS, a ver si te queda claro...(como tú, no me gusta la falsa modestia), a lo que iba, no te enfades, pero debes mejorar los acabados del dibujo, y le falta caña al color, aunque el tema es bueno, imaginación no te falta, pero colocado en el fondo real se ve poco trabajado y confuso. Tal vez me equivoque, pero es lo que me parece. Mira mi niña, que soy tu primera seguidora y de corazón.
    Brujita, otro bsito cariñoso desde el Quinto pino andorranil, nos vemos.

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  23. ¡Ojú! A esto se le llama llegar y besar el santo.

    La escoba que sea motorizada si es posible y con buena luz, no vaya a ser que me estrelle contra un árbol.

    Un abrazo, Bigota

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  24. He visto tus primeros posts y no tienes ningún comentario, ¿es por eso que has ido incordiado y molestado a tantos bloggeros? ¿sólo por conseguir que te lean? A parte de ser prepotente, eres muy mala persona, sí lees bien, mala persona. Con tus incisivos comentarios has hecho daño gratuitamente a personas que comienzan a escribir y que según tú no deben seguir haciéndolo.
    Espero que aprendas humildad y buenos modos, que para ser bruja no hay que ser necesariamente mala
    Me das pena, realmente me das pena
    no te mereces que te visiten porque personas como tú no son bienvenidas

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  25. Didac...tranqui, he entrado en tu blog absolutamente enigmático por lo que sea, no he visto email ni nada, pero no te preocupes, poco a poco ¿valen? Tú escribe y date a conocer, ¿o es que no te he visto por otro lado, y estabas? Todo puede ser cuando andan magos y brujitas de por medio. Calmemos los ánimos !es navidad! o eso toca. Bsito del quinto pino y ánimos.
    Invoco a los augures del buen rollo.

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  26. Estoy con Natalí. Tengamos la fiesta en paz que estamos en navidad. La brujas son traviesas y deslenguadas pero que le vamos a hacer. La tendremos que aguantar asi. Espero que nos de algo a cambio.

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  27. Bueno, entre bostezo y bostezo, y a base de fuerza de voluntad, he logrado llegar al final de tu... relato. Dejando aparte los fallos de puntuación, algunos adjetivos redundantes, cacofonías, y, lo peor, ese estilo anglosajón de mezclar párrafos con diálogos, he tratado de encontrar algo agradable que decirte sobre esto que has escrito. Siento no haberlo encontrado.
    Gracias por visitar mi blog y que tengas tú también unas felices fiestas.

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  28. Hola Bigota, por fin he llegado al final de mi recorrido de los sábados (a excepción de Natalí que siempre la dejo para la última para leer a Quinto)
    Ya he visto que has revolucionado estos días los comentarios, y sólo puedo decirte al respecto, que para mí este es un lugar donde cada uno expresa su sentir como sabe y no hay buenos ni malos, eso se lo dejo a los expertos, yo comento unicamente lo que me hacen sentir los escritos de los demás y espero que los demás hagan lo mismo con los mios y siempre con educación.
    Sobre tu cuento te diré que me ha gustado, desprende esa mágia que no debemos perder nunca para que la vida nos siga ilusionando, me ha recordado a una amiga que todavía hoy en día sigue convenciéndome de que cuando era niña vio duendes en un establo vacío, yo todavía sigo buscándolos, quizá algún dia los encuentre.
    Un saludo de Mar

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  29. Me ha encantado tu cuento. Me gustaría tanto que existiesen los duendes.Supongoque has de ser muy inocente para verlos.
    Espero que sigas participando escribes muy bien
    Un saludo

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  30. ¿Pero a quien le cuento yo, que me crea, que tengo desde hace mucho, un duende en mi casa?
    Que hurga en mis silencios, en mis paginas escritas, en la soledad poblada de los dias...
    Creer o no, en la buena intencion de los comentarios, aprender de la ironia, del cariño regalado, del buen criterio de los maestros, del corazon enorme de los que pasan a devolver la visita, de los que acechan tu ventana esperando para regalarte un beso...
    En fin, escribo por todo eso, escribo para mi y para los que aun no me conocen y mi palabra favorita es GRACIAS.
    Siempre tendrán-tendrás un abrazo cuando llegueis a mi "casa". No es obligatorio recogerlo...pero se que a veces nos hace falta.

    Espero con cariño la escoba prometida. Enviame tambien las instrucciones para barrer las "malas energias"

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